Hoy vengo a hablaros de un libro que hacía muchísimo tiempo que deseaba leer: El gran Gatsby.
Como quizá os habrá pasado a muchos, todos los que amamos la literatura hemos escuchado de alguna forma el nombre de este libro o el de su autor. En mi caso, no recuerdo cuál fue la primera vez que escuché su mención, pero desde entonces no he leído más que alabanzas sobre él: es una obra maestra, un gran referente de la literatura del siglo XX, una demostración auténtica de la Era del Jazz…
Debo reconocer que mi impulso al leer esta obra justo en este momento fue porque, por otros motivos, estoy intentando aprender sobre ‘los locos años 20’, así que creí que este libro podría ser un gran retrato de la época. Así que, teniendo esas razones en cuenta, voy a aprovechar este espacio para hablaros acerca de mis impresiones personales sobre la obra. Comencemos, pues.
Argumento de la obra.
A primera vista, la obra se nos presenta como la historia de un millonario, Jay Gatsby, que sigue la estela típica del hombre americano que se ha hecho a sí mismo. Gatsby tiene un gran propósito que justifica todos sus pasos durante la historia: recuperar a su gran amor de juventud, Daisy Buchanan.
Utilizando su fortuna, Gatsby se dedica a dar las fiestas más extravagantes que cualquiera se pudiera imaginar con el propósito de que su amada acuda a alguna de ellas y quede completamente impresionada. No obstante, cuando por fin logra reencontrarse con ella, se encuentra con una mujer totalmente diferente: frívola y cínica, la dulce y encantadora Daisy que Gatsby recordaba ha sido transformada por una sociedad insustancial y aburrida de sí misma.
Las fiestas en casa de Gatsby retratan durante toda la obra esa primera etapa de la ‘Edad del Jazz’ y los locos años veinte que, lejos de ser tan deslumbrantes como nos las cuentan, casi muestran una crítica hacia una sociedad cada vez más en decadencia. Gatsby es toda una sensación entre sus invitados y la atracción principal para acudir a ellas: ¿Quién es Jay Gatsby? Su pasado incierto y misterioso, la intriga sobre sus orígenes desconocidos y su gran fortuna hacen del personaje casi un mito o una figura inalcanzable. Pero Jay Gatsby es mucho más que las simples habladurías, y Daisy es la única que puede desenmascarar a la verdadera persona que se esconde entre bambalinas.
Reseña.
He de ser franca y concisa: la obra me ha decepcionado bastante, y explicaré por qué. El problema que encuentro a El gran Gatsby es que, como muchas otras obras clásicas, se sobrevalora hasta unos niveles inalcanzables y se crean demasiadas expectativas a su alrededor.
Todos vivimos rodeados de prejuicios, y por mucho que intentemos deshacernos de ellos, es imposible ignorar o acallar esas otras voces. Desde mi ignorancia inicial, y por lo que yo había escuchado sobre la obra, no sé por qué, siempre me había imaginado una historia épica y disparatada que recreara la sociedad de los años 20 en todo su esplendor: fiestas locas y extravagantes, gánsteres de por medio, mucha violencia…
En vez de eso me he encontrado con una historia de amor decadente que solo tenía ganas de que terminara de una forma u otra. Por no contar que toda la obra está narrada por Nick Carraway, un amigo de Gatsby que cuenta las aventuras que vivió junto a él, y eso es un dato que, o yo nunca había escuchado, o se omite bastante. Y con eso, me parece importante porque, como es lógico, el libro también se centra en ocasiones en la vida de Carraway. Es por ello, que me encontré comenzando el libro con mucho entusiasmo y extrañándome porque me estaban contando la vida de un personaje que nada tenía que ver con Gatsby. De hecho, este último no aparece hasta varios capítulos después.
El propósito de retratar una sociedad tediosa y aburrida hasta la saciedad de sí misma lo cumple con creces; las fiestas que da Gatsby en su casa son mortales, y la gente es tan insípida y estúpida que dan ganas de abofetearlos a todos y echarlos de la casa de una vez. Aplaudo en ese sentido las intenciones de Fitzgerald al escribir la novela y, ojo, no estoy diciendo para nada que sea un mal libro.
Si bien es cierto que comenzó de forma extraña, la novela consiguió engancharme hacia la mitad y querer saber más: el misterio constante sobre la figura de Gatsby, cuál será su propósito real… Pero conforme avanza la novela te das cuenta de que todo o casi todo se reduce a una historia de amor que, al menos a mí, no me atrajo demasiado. Puede que de nuevo fueran mis expectativas al esperar muchas más cosas de esta obra, o quizá tampoco haya logrado comprender las intenciones del autor, pero el enredo de la trama hacia el final y la focalización en ese romanticismo que ni esperaba, ni quería, hicieron que finalmente terminara decepcionada. No obstante, y como bien sabéis, esta es mi humilde opinión personal y nunca debe juzgarse nada sin probarlo por uno mismo, así que os invito a leer la obra para poder crearos vuestras propias impresiones.